Durante los meses de invierno, ¿quién no se ha sentido alguna vez más desanimado, apagado o con menos energía que nunca? Los días cada vez son más cortos, las temperaturas son bajas y el mal tiempo está presente en la mayor parte de la semana. Y todo esto acaba haciendo que tengas ese sentimiento que algunos llaman la “tristeza del invierno”.
Las estadísticas demuestran que el invierno es una de las épocas del año que más afecta al estado de ánimo. En casos más extremos, algunas personas pueden llegar incluso a desarrollar el Trastorno Afectivo Emocional (TAE), que es un tipo de depresión que principalmente se desarrolla durante los meses de otoño e invierno, y que suele requerir de tratamiento antidepresivo y fototerapia.
No solo te vamos a desvelar todos los secretos acerca de la “tristeza del invierno”, sino que también te vamos a contar unos trucos para evitarlo.
¿Por qué nos sentimos más tristes en invierno?
Estar más agotado y triste en los meses de invierno se considera algo normal, pero ¿por qué ocurre esto? La respuesta está en la falta de horas de luz solar.
Las pocas horas de luz natural afectan a la salud mental por diferentes vías:
- Caída de los niveles de serotonina. Este neurotransmisor, también conocido como la “hormona de la felicidad”, está relacionado con el estado de ánimo. La disminución de la exposición a la luz natural conlleva una bajada de los niveles de serotonina y, esto a su vez, puede provocar síntomas de depresión.
- Metabolismo anormal de la melatonina. La melatonina es una hormona que nos ayuda a dormir. La cantidad de melatonina que nuestro cuerpo produce está relacionada con la exposición a la luz. Con los primeros rayos de sol de la mañana se detiene su síntesis, y cuando empieza a anochecer se reactiva su producción. Los cambios de luz relacionados con el cambio de estación afectan a la calidad del sueño y, en consecuencia, a nuestro estado de ánimo. Al haber más horas de oscuridad durante los meses de otoño e invierno, nuestro reloj biológico se desregula y nuestro cuerpo puede producir más cantidad de melatonina. Por eso, nos sentimos más cansados y somnolientos, y en algunos casos pueden aparecer síntomas de depresión.
- Niveles bajos de vitamina D. La menor exposición a la luz natural de la piel conlleva una menor producción de vitamina D, la cual es necesaria para potenciar los efectos de la serotonina.
No olvidemos que la falta de luz no es el único factor que afecta al desarrollo de esa sensación de tristeza y cansancio, el clima también está implicado. Las temperaturas gélidas y el mal tiempo no ayudan a levantar el ánimo durante los días cortos. Las temperaturas bajas pueden limitar nuestra actividad sociocultural, de modo que tendemos a restringir los planes sociales.
Sin embargo, esta situación no dura para siempre. Con la llegada del buen tiempo y el aumento de las horas de luz natural, la sensación de agotamiento y tristeza van desapareciendo.
Consejos para no estar triste en invierno.
No queremos que tengas que esperar hasta primavera para que puedas empezar a sentirte mejor. Te contamos las claves para poder llevar las semanas que quedan de invierno con la mejor actitud.
- Elige alimentos ricos en vitamina D. Los pescados azules, como el salmón y el atún, y los huevos te ayudarán a cubrir tus necesidades de esta vitamina y, así, poder potenciar los efectos de la serotonina.
- Haz deporte al aire libre. Aunque el frío a veces puede con nuestras ganas de salir a la calle a hacer deporte, piensa en los beneficios físicos y psicológicos que te va a aportar. El ejercicio contribuye a la producción de dopamina, serotonina y endorfinas, la triada de las hormonas de la felicidad, por lo que ayudarán a mejorar tu estado de ánimo.
- Despiértate y acuéstate pronto. Al principio puede ser un poco difícil, pero podrás aprovechar al máximo las horas de luz natural. Los beneficios llegarán enseguida.
- Toma suplementos. El magnesio contribuye a la función psicológica normal y a disminuir el cansancio. Además, los suplementos con triptófano ayudan a mejorar el estado de ánimo al ser este aminoácido un precursor de la serotonina.
Ahora que ya sabes todos estos trucos, no dejes que el invierno absorba tus ganas de comerte el mundo.
Y a ti, ¿cómo te afecta el invierno?